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27 Jun

LA “HUMILDAD INTELECTUAL” HARÁ DE USTED UN MEJOR LÍDER

LA “HUMILDAD INTELECTUAL” HARÁ DE USTED UN MEJOR LÍDER

No se necesita tener todas las respuestas para liderar equipos y conseguir resultados. Como dicen algunos… “Nuestra ignorancia es invisible para nosotros, no para los demás…”

Todos los seres humanos tendemos a sobrestimar cuánto sabemos, especialmente cuando se trata de algo relacionado con nuestra reputación, con los campos profesionales o de conocimiento en donde se nos considera expertos. No tomamos decisiones equivocadas por falta de hechos y análisis, sino por creer y actuar con exceso de confianza, como que lo sabemos todo.

La humildad intelectual implica reconocer que nuestras creencias u opiniones pueden estar incorrectas. La humildad es un rasgo poderoso de liderazgo: los líderes humildes inspiran un trabajo en equipo basado en la confianza y cercanía, en el aprendizaje rápido y en el alto rendimiento voluntario de sus miembros.

Entonces, ¿por qué seguimos apoyando y admirando a los líderes arrogantes?

¿Cuál es la importancia de ser (o de sentirse) sabio? Cuando ensalzamos y celebramos a los líderes solo por su brillantez intelectual, estamos promoviendo la arrogancia y la soberbia. Ser inteligente no es suficiente. Los líderes no deben estar cegados por su ego, deben crecer hacia convertirse en líderes verdaderamente sabios. Como escribió Sócrates, “La única sabiduría verdadera es saber que no sabes nada”.

La mayoría de los líderes operan desde una posición de superioridad intelectual: piensan que sus opiniones e ideas importan más que las opiniones e ideas de sus subordinados. Esta ida de que nuestra percepción del mundo es la verdad es un realismo ingenuo e inútil. Cuando un desafío a enfrentar o decisión a tomar suena fácil y sin esfuerzo para nosotros, tendemos a creer que lo que pensamos al respeto es cierto y correcto. Como explica el investigador psicológico Chris Chabris, “A veces confundimos la falta de esfuerzo con la precisión y el estar en lo correcto”.

Los líderes sabios deciden priorizar su lado vulnerable: quieren buscar la verdad, no estar en lo cierto.

¿Qué es la humildad intelectual?

Mark Leary, profesor de la Universidad de Duke, define Humildad Intelectual como “el reconocimiento de que las cosas en que uno cree podrían, de hecho, estar equivocadas”.

A diferencia de la humildad regular, que se caracteriza por la honestidad, la sinceridad y el desinterés, la humildad intelectual se trata de ser obsesivamente curioso. El líder desafía todo, incluso lo que cree que es correcto. No se trata de carecer de confianza o de cambiar de opinión todo el tiempo, sino de estar decidido a descubrir y subsanar sus puntos ciegos.

La honestidad intelectual significa dejar la puerta abierta a la opinión y conocimiento de los demás, incluso si uno está convencido de que tiene la razón. Ser receptivo a los nuevos hechos: escuchar atentamente en lugar de tratar de defenderse. Requiere siempre buscar la verdad sin importar si dicha verdad está o no alineada con las propias creencias. La honestidad intelectual se trata de encontrar la mejor solución, no de ganar una discusión ni de ser el más listo.

Es lo contrario a los líderes intelectualmente arrogantes, que promueven el pensamiento grupal, pero en realidad solo prestan atención a los que piensan como ellos. La diversidad de pensamiento es esencial para encontrar las mejores soluciones. La arrogancia es ceguera intelectual.

Los líderes que obtienen un puntaje más alto en humildad intelectual están más abiertos a puntos de vista opuestos, prestan más atención a la evidencia y tienen una mayor conciencia de sí mismos. Lo más importante, los líderes intelectualmente humildes están dispuestos a admitir que están equivocados: reconocen sus errores y aprenden de ellos.

El líder humilde

Los líderes humildes y sabios no pretenden tener todas las respuestas: lideran con preguntas en lugar de con soluciones. Su trabajo es obtener las mejores ideas de sus equipos. Eso requiere dejar de lado su ego y dejar de lado la necesidad de tener siempre la razón. Crean una influencia positiva a su alrededor: sus equipos son más colaborativos, transparentes y ansiosos por aprender.

Como explica Schein. “Soy tu líder, mas mi estado es inferior al tuyo en este momento porque tú sabes o puedes hacer algo que necesito para lograr un objetivo para mi equipo. Tengo que ser humilde porque dependo temporalmente de ti…”

Mark Leary cree que la humildad intelectual puede ayudarnos a descubrir puntos en común, construir mejores relaciones y ser líderes más efectivos.

Todos sabemos que, sin errores, no hay aprendizaje ni innovación. Sin embargo, nuestra cultura aún asocia errores con ignorancia. Los líderes humildes deben dejar de lado la necesidad de ser (percibidos como) perfectos. ¿Cómo espera que su equipo reconozca sus errores si no predica con su ejemplo primero?

Humildad intelectual – paso a paso

Identifique sus puntos ciegos cognitivos: dese cuenta de que su ignorancia puede ser invisible. Deje ir su título. Las decisiones deben basarse en hechos. No deje que su ego le ciegue.

Liderar es un acto colectivo: nadie puede cambiar una organización solo. Detrás de cada ejecutivo exitoso, hay un grupo fuerte de personas. Los grandes líderes desarrollan agentes de cambio positivo, no seguidores.

Separe su ego de sus verdades: la mayoría de las personas que construyeron una reputación de estar siempre en lo cierto cree que reconocer sus errores podría dañar su imagen. Defender la reputación de uno a toda costa no tiene sentido. Más bien, ponga esa energía en encontrar la verdad.

Integre puntos de vista opuestos: las conversaciones constructivas y productivas requieren respeto, empatía y escucha activa. Debe aprender a ver la realidad a través de los ojos de otras personas. La creatividad se alimenta de la abundancia, no de la exclusión: integre ideas, pero construya sobre los pensamientos de todos.

Cree una cultura sin miedo: la humildad intelectual elimina el miedo al castigo, invita a las personas a hablar y expresar puntos de vista alternativos. Anime a su equipo a desafiar el status quo. Una cultura sin miedo genera seguridad para que las personas reconozcan sus errores y experimenten.

Recompense la sabiduría, no la inteligencia: vivimos en una era en la que los egos aparecen en los titulares y son reconocidos, pero son los líderes intelectualmente humildes los que marcan la diferencia. ¿Estás abierto a admitir que se equivocó? ¿Se siente lo suficientemente seguro como para darse cuenta de que no tiene todas las respuestas? ¿Está dispuesto a predicar con el ejemplo?

Nunca lograremos la perfecta humildad intelectual; desarrollar la autoconciencia es un viaje de por vida. Recuerde, es más importante encontrar la mejor solución que ganar una discusión. Siempre es mejor ser sabio que ser (percibido como) inteligente.

Gracias a Jessica Okhuysen por ponerme en contacto con este tema.

Autores de referencia sobre el tema: Shane Snow, Gustavo Razzetti y Mark Leary, Ian Church y otros.

¿Qué acciones tomarás en tu negocio y en tu vida, en este sentido?

Comentarios e Información:

josevillacis@actioncoach.com

www.coachpepevillacis.com Cel. (442) 263 3009

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